Bodega Matarromera S.L., que engloba las ventas de las siete bodegas del grupo situadas en las cuatro denominaciones de origen del Duero, facturó 20,3 millones de euros en el año 2015, un 8,6% más que en el año anterior que facturó 18,6. Esto supone un crecimiento acumulado de más de 3,3 millones de euros en los últimos tres años con un incremento del 20,16% frente a los 16,9 millones de euros obtenidos en 2013. Unos datos que refrendan el éxito de la política comercial de Matarromera en lo relativo exclusivamente a las ventas de la división de su negocio vitivinícola, derivado de un comportamiento positivo del mercado nacional, que supera un 65% del total de su facturación, de la diversificación de su porfolio de bodegas y vinos, y de la inversión permanente en la creación de mercado internacional, que tiene un peso de casi un 35% del total siendo México y China los mercados exteriores que más han visto aumentar las ventas de vinos del grupo.
El buen dato de facturación de grupo Matarromera cosechado en 2015 viene motivado por una serie de factores como son el buen comportamiento que sus referencias de alta gama han mostrado en el mercado (las ventas de los vinos crianza, reserva y gran reserva han aumentado más de un 24% su facturación), junto con la reducción de costes operativos, el incremento de los márgenes comerciales y el mayor rendimiento de su productividad. Eso, sumado al importante porcentaje de autoabastecimiento de viñedos propios en los mejores pagos del Duero, y a la aportación del resto de bodegas que componen el grupo (Emina en Ribera del Duero y Rueda, Valdelosfrailes en Cigales, Rento en Ribera del Duero y Cyan en Toro), así como sus otras líneas de negocio (Aceites Oliduero o el negocio turístico de la empresa vallisoletana) han permitido crecer a la empresa presidida por Carlos Moro hasta esa facturación de más de 20 millones de euros. La marca Matarromera soporta más de un 70% de la facturación de toda la compañía, seguida de la marca Emina con un 15%.
La diversificación de bodegas y líneas de negocio de Matarromera, que continuará su curso a lo largo del año 2016, permitirá mirar al futuro con perspectivas de incrementos importantes de facturación en los próximos años, superando la barrera de los 27 millones en el año 2016, un objetivo marcado por las buenas perspectivas que ofrece la comercialización de los vinos de las bodegas Emina en Ribera del Duero y Rueda, así como por el incremento del peso de las ventas en mercados exteriores.
Nueva estructuración de bodegas y familias
Dada la complejidad de su entramado bodeguero, y la dificultad para poder atender las demandas del mercado con todas las garantías, Matarromera estructuró a finales del pasado año su política comercial en 4 familias con las que afrontará la conquista del mercado nacional a partir de ahora: por un lado, Matarromera, emblema de todo el grupo, seguirá actuando en su papel esencial de crecimiento en ventas y prestigio de esta empresa familiar.
Por otro lado, las bodegas Emina, tanto en Ribera del Duero como en Rueda, que jugarán a partir de ahora un papel esencial en el crecimiento del total del grupo, apoyándose de manera conjunta en la comercialización también de vinos rosados y vinos sin alcohol. En un tercer apartado se encuentran las bodegas Valdelosfrailes (DO Cigales) y Cyan (DO Toro), que conforman el eje de referencias vitivinícolas de “El otro Duero” como señas de identidad diferenciadoras, y diferenciadas a su vez del resto de bodegas.
Finalmente destaca la aparición de la familia de “Bodega Carlos Moro”, la última en incorporarse al grupo, creada por el propio fundador de Matarromera hace escasamente un año en San Vicente de la Sonsierra (DOCa Rioja), y que lanzará al mercado próximamente sus diferentes referencias para completar el abanico vitivinícola de la compañía. Hasta la fecha no ha registrado facturación alguna dado que la primera vendimia de su historia tuvo lugar el pasado mes de octubre.
Este completo abanico vitivinícola, con presencia en 6 Denominaciones de Origen (Ribera del Duero, Rueda, Rioja, Cigales, Toro y Vino de la Tierra de Castilla y León) vendrá apoyado de manera transversal por el resto de líneas de negocio del grupo: los Aceites Oliduero (elaborados en la almazara del mismo nombre ubicada en la localidad vallisoletana de Medina del Campo), los vinos sin alcohol y bajos en alcohol en los que la empresa continúa demostrando su liderazgo enológico e investigador (bajo las marcas Win 5.0 y Win 0,0), la destilería del Duero y el negocio turístico de la compañía compuesto por el Hotel Rural Emina (en Valbuena de Duero), el restaurante La Espadaña de San Bernardo (en la misma localidad) y las diferentes actividades enoturísticas que se desarrollan en sus ya 8 bodegas situadas en Castilla y León y La Rioja. Todas estas líneas de negocio complementarias a la propia comercialización del vino sumarán una aportación conjunta de más de 2 millones de euros este año.