Grupo Matarromera reúne en una Jornada Científica a los mayores expertos españoles sobre los efectos del cambio climático en el sector vitivinícola.
GRUPO MATARROMERA, que ha liderado durante cuatro años uno de los trabajos más exhaustivos y completos de investigación sobre los efectos del cambio climático en los campos de la viticultura y de la enología dentro del proyecto CENIT DEMETER del CDTI, ha organizado un foro en el que han participado una decena de los mayores expertos en el sector vitivinícola en España.
El objetivo de la jornada era analizar el cambio climático en el sector vitivinícola desde tres planos: técnico, sobre los resultados obtenidos en el estudio mencionado por los distintos investigadores participantes; científico, con una mesa redonda sobre cómo combate la enología moderna los efectos derivados del cambio climático, al que se incorporan análisis expertos sobre polifenólica, viticultura, tecnología, aromas y enología; y, por último, desde parámetros morfológicos del vino con una cata de vinos realizada por el enólogo coordinador del Grupo Matarromera y el enólogo de la Bodega Emina Rueda.
La altura científica de los expertos es de primer nivel en el campo de la investigación:
Profesor D. Juan Cacho, Catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza, que habló sobre los aromas de la variedad Verdejo y su evolución con el clima. En este sentido, destacó la importancia de un adecuado equilibrio entre aromas tiólicos y terpénicos para mantener la tipicidad y frescura del verdejo a pesar del cambio climático.
Dña. Paola Quifer Rada, Investigadora de la Universidad de Barcelona, en cuya ponencia destacó la importancia de los polifenoles para el volumen de los vinos en la boca y cómo varía el contenido fenólico en función del régimen hídrico y la temperatura
Profesor D. Fernando Zamora, Catedrático de la Facultad de Enología de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona subrayó la importancia del equilibrio azúcar-ácido en la elaboración de cavas y vinos espumosos.
Dr. José Manuel Guillamón, Investigador Científico de IATA-CSIC analizó las necesidades nitrogenadas durante la elaboración de los espumosos de la variedad verdejo.
Profesor D. José Ramón Lissarrague, profesor de viticultura de la Universidad Politécnica de Madrid, a analizó la evolución de la viticultura en estos años de cambio climático, y aportó los detalles sobre la adaptación de la variedad verdejo a distintos regímenes de riego y temperatura. Profesor D. Julián Rivas, Catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Salamanca charló en la mesa redonda sobre la importancia de los polifenoles en el vino.
Dra. Trinidad Márquez, enóloga y coordinadora científica-tecnológica del proyecto CENIT DEMETER señaló que este proyecto ha supuesto todo un reto de gestión del consorcio y ha dado lugar a la Plataforma Tecnológica del Vino.
Dr. Alberto Guadarrama, Director de I+D+i y Sostenibilidad del Grupo Matarromera y Director de la bodega Emina destacó los avances principales que el equipo enológico de Matarromera ha obtenido gracias a las investigaciones desarrolladas en el seno del proyecto CENIT DEMETER.
Además, en la jornada de tarde, enfocada en los efectos del cambio climático sobre los vinos tintos y los resultados conseguidos con las investigaciones:
La doctora Eva Navascués, directora técnica de Agrovin habló de la disminución de las repercusiones del cambio climático en la vinificación, y sobre la nutrición durante la fermentación alcohólica.
Mª Teresa Escribano, profesora titular de la Universidad de Salamanca charló sobre los polifenoles en el vino tinto de la Ribera del Duero y su evolución con la climatología.
Carlos González Huertas, investigador científico de la Estación Enológica de Castilla y León habló sobre las aminas biógenas y mejoras en seguridad alimentaria delos vinos.
El director científico de Laffort, Víctor Puente, departió sobre la posible aplicación en vinos tintos de extractos fenólicos vegetales y su influencia en la formación de complejos coloreados estables.
José María Heras, responsable de aplicaciones y nuevos desarrollos de Lallemand en España habló sobre herramientas biotecnológicas para equilibrar sensorialmente los vinos elaborados en condiciones de estrés térmico.
Por último, los investigadores de Grupo Matarromera Rubén Gallo y Sara Martín hablaron sobre la genética de la vid y su expresión ante el estrés hídrico y la fermentación maloláctica con altos grados alcohólicos.
Investigando ante los desafíos climáticos futuros
Durante la jornada también se pudo realizar una cata comparativa de “vinos con I+D+i frente a vinos sin I+D+i” en la que se constató la importancia de estas investigaciones en la elaboración de los vinos del futuro.
El cambio climático se manifestará en un futuro con una elevación progresiva de las temperaturas y un estrés hídrico en la cepa. Ello provocaría una subida de la graduación alcohólica y un descenso de la acidez obteniendo una menor calidad de los vinos. Además los aromas y los polifenoles, importantes para la estructura en boca y el color del vino, no completarían su maduración, dando lugar a vinos desequilibrados, amargos o astringentes, con colores pobres, reduciendo todo ello aún más la calidad del vino y generando, por consiguiente, pérdidas económicas para el sector.
El grupo bodeguero Matarromera ha llevado a cabo en solitario un detallado estudio de la variedad de uva blanca Verdejo, la única variedad de vino blanco que crece en ventas, investigando tanto su comportamiento génico ante el cambio climático como la obtención de características sensoriales más interesantes.
El viñedo analizado se encuentra en la localidad vallisoletana de Villalba de Adaja, en la Denominación de Origen de Rueda. La forma de combatir las futuras condiciones climatológicas extremas ha sido mediante labores agronómicas y enológicas para obtener vinos de la máxima calidad.
Durante los primeros años del proyecto fue necesaria la puesta a punto del viñedo y homogeneizar las cepas de control. Se estudió el riego y abonado como línea estratégica, se cuidaron las parcelas realizando poda en verde, despuntes y dirigiendo la vegetación. Los trabajos en el viñedo se realizaron con el asesoramiento de la Universidad Politécnica de Madrid. El análisis génico se realizó con el Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino, el aromático con la Universidad de Zaragoza y el polifenólico con la Universidad de Barcelona a través de la Fundación Bosch i Gimpera.
El resultado es un proyecto que ha permitido entender las carencias del viñedo y las mejoras en su elaboración, haciendo hincapié en la viticultura apostando por la calidad de la uva y no por el rendimiento, y mejorando los protocolos del trabajo enológico.
Compromiso con la sostenibilidad
Grupo Matarromera es uno de los exponentes del sector enológico a nivel nacional y la empresa vitivinícola internacional que mayor invierte en I+D+i de forma proporcional a su facturación, un 30% sostenido. Su apuesta de diferenciación empresarial es obtener todos sus productos con criterios de sostenibilidad.
En ese sentido ha sido la primera empresa vitivinícola en desarrollar un centro integrado de desarrollo sostenible, en calcular la huella de carbono para tres de sus vinos y ahora la primera en diseñar y comercializar un vino blanco capaz de resistir el cambio climático.
El programa global de Matarromera de eficiencia energética y respeto medioambiental se denomina “Matarromera Sostenible en Planeta Tierra”, un plan de acción sostenible galardonado en marzo pasado con el Premio Europeo de Medio Ambiente, sección española, de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, otorgado por la Fundación Entorno y entregado por los Príncipes de Asturias.
A este galardón se unen otros: en 2006 como primer centro vitivinícola integrado de desarrollo sostenible en España, en 2007 a la ‘Mejor Pyme Medioambiental’ por el IESE y en 2010 a la ‘Mejor Acción Ecoinnovadora en el ámbito de la Biomasa Sólida’ por la Fundación Biodiversidad y el Fondo Social Europeo.
Desde la concepción arquitectónica de sus siete bodegas hasta el aprovechamiento de los recursos naturales para producir energía, el programa contempla 20 medidas medioambientales cuya misión es reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, autoabastecerse energéticamente y procurar una agricultura ecológica, ya extendida al 20% de sus 490 hectáreas de viñedos y al 100% de sus 82 hectáreas de olivos.
Se trata del primer grupo bodeguero con certificación Aenor del cálculo de huella de carbono para conocer el impacto real de la producción de tres de sus vinos sobre el medio ambiente: cada botella de Emina Verdejo emite 829 gramos de CO2 equivalente, 1,1 kg de Emina Crianza y 1,4 kg de Matarromera Crianza. El paso siguiente es reducir y compensar emisiones en las futuras añadas.
La I+D+i es un esfuerzo sostenido de Grupo Matarromera, con más de cuatro millones de euros anuales, y actualmente con 20 proyectos en marcha, con especial atención a la sostenibilidad: Cenit Demeter y Life Haprowine. Sobre éste último, es un proyecto europeo con bodegas de primer nivel para encontrar el equilibrio entre sostenibilidad e innovación en el sector y promover el reciclado de residuos, favorecer una mejor huella ecológica y fomentar el uso de recursos naturales con un enfoque de ciclo de vida.