Una herencia vitivinícola de cientos de años y una selección minuciosa de uvas procedentes de viñedos únicos. Esos han sido los ingredientes necesarios para que el bodeguero y empresario, Carlos Moro, creara su propia Selección Personal de vinos únicos que transmitan lo mejor de cada tierra. Hoy la ha presentado en Madrid de la mano del chef vallisoletano, Javier Peña, en una comida maridaje muy especial.

El bodeguero vallisoletano apostó hace décadas por unir su propia marca a los vinos más cualitativos y especiales. Elaboraciones muy reducidas de viñedos antiguos que expresaran todo su potencial.

Partiendo de ese origen, Carlos Moro, ha ido completando su colección más personal formada por seis vinos exclusivos que han sido escogidos entre las parcelas más cualitativas, pensando en unir lo mejor de cada Denominación de Origen en la que se encuentra presente la compañía: Ribera del Duero, Rioja, Rueda, Cigales, Toro y Ribeiro. Tanto las fincas de las que provienen como el cuidado depositado en su elaboración los convierten en vinos de autor con una calidad superior.

El último vino en incorporarse a la colección es Picón de Zurita, un vino de la DO Ribera del Duero procedente de un viñedo situado a una altitud de 725 metros, donde la textura franca del fondo terciario, otorga una importante profundidad a sus viñas de tempranillo, aportando una inigualable complejidad a sus vinos, al vegetar en sucesivas capas sedimentarias sin erosionar. Cuenta con una superficie de viñedo de 2,60 hectáreas y es una de las parcelas más antiguas que Bodegas Familiares Matarromera posee en la Ribera del Duero.

Estos viñedos han sido escogidos por el propio Carlos Moro y se caracterizan por tener entre 70 y 100 años de antigüedad, reciben un cuidado minucioso y manual, cuentan con una triple selección de las uvas, que asegura un proceso de calidad inmejorable. Las producciones no superan las 10.000 botellas numeradas.